Los trabajos de construcción del túnel del suburbano han sacado a la luz los restos de una ciudad industrial de la época romana. Este núcleo concentraba la fabricación de ánforas y tinajas para el transporte del garum que se fabricaba en la ciudad y que salía a otras ciudades por la calle La Unión.
La construcción del túnel del metro en la calle La Unión ha descubierto los orígenes romanos de esta zona de Málaga, con un importante asentamiento alfarero que surtía de recipientes a la potente industria del garum malagueña.
Las catas realizadas por Talleres de Investigaciones Arqueológicas han encontrado notables indicios de lo que se asemeja a una ciudad especializada en la fabricación alfarera, aprovechando los terrenos arcillosos de la zona –de muy buena calidad– y que el entorno de la calle La Unión era la entrada natural para los comerciantes que llegaban a Málaga.
Olga Lora, arqueóloga responsable del estudio, señala que se han localizado dos yacimientos importantes. Uno está situado en la esquina entre las calles La Unión y Reboul, con restos de ánforas datados entre los siglos I antes de Cristo (a. C.) y I después de Cristo (d. C.), en plena dominación romana y auge comercial de la ciudad, apoyada en la fabricación de garum. El segundo yacimiento se encuentra justo en la entrada de la calle La Unión desde Juan XXIII, con restos algo más antiguos, aproximadamente del siglo II a. C.
«Estos hallazgos nos dan una pista de la intensa ocupación de toda la zona», apunta la arqueóloga, quien relata que los asentamientos no sólo se reducen a instalaciones para la fabricación de ánforas: «Los establecimientos alfareros incluyen villas rústicas donde vivía la gente y con una serie de servicios básicos como los de una ciudad, como un cementerio o suministro de agua».
La situación de esta actividad en una zona relativamente alejada de la urbe romana se explica en las necesidades de espacio de esta industria para el almacenamiento de las piezas «y las molestias que producen a la población, como suciedad y ruido», asegura.
Lora advierte de que había algunos indicios anteriores de estos establecimientos, que fueron descubiertos por casualidad en los años 70, pero que son poco concretos. Los restos encontrados durante la obra del metro permiten conocer más sobre la importancia que tenía el entorno de la calle La Unión durante la época romana.
Esta arqueóloga apuntó la hipótesis de que por esta zona, que tradicionalmente ha sido puerta de entrada a Málaga desde el Valle del Guadalhorce, pasaba un tramo de la calzada que unía Gades con las ciudades del Este de Andalucía «que era fundamental para el comercio y las comunicaciones».
El gerente de la obra del metro, Enrique Salvo Tierra, destacó que estos descubrimientos «dan historia al barrio, que parecía que sólo existían desde los años 60». Además, recalcó la diferencia con el desarrollo urbanístico de los años 70 y 80, en los que se «demolieron muchos de los restos».
Los restos se encuentran a una profundidad de entre 1 y 2,5 metros, conservados por la arcilla del terreno. Para las catas han contado con una cuadrilla y un equipo de Metro Málaga, que abrieron zanjas para sondear la posible existencia de restos antes de construir el dintel sobre el túnel.
La construcción del túnel del metro en la calle La Unión ha descubierto los orígenes romanos de esta zona de Málaga, con un importante asentamiento alfarero que surtía de recipientes a la potente industria del garum malagueña.
Las catas realizadas por Talleres de Investigaciones Arqueológicas han encontrado notables indicios de lo que se asemeja a una ciudad especializada en la fabricación alfarera, aprovechando los terrenos arcillosos de la zona –de muy buena calidad– y que el entorno de la calle La Unión era la entrada natural para los comerciantes que llegaban a Málaga.
Olga Lora, arqueóloga responsable del estudio, señala que se han localizado dos yacimientos importantes. Uno está situado en la esquina entre las calles La Unión y Reboul, con restos de ánforas datados entre los siglos I antes de Cristo (a. C.) y I después de Cristo (d. C.), en plena dominación romana y auge comercial de la ciudad, apoyada en la fabricación de garum. El segundo yacimiento se encuentra justo en la entrada de la calle La Unión desde Juan XXIII, con restos algo más antiguos, aproximadamente del siglo II a. C.
«Estos hallazgos nos dan una pista de la intensa ocupación de toda la zona», apunta la arqueóloga, quien relata que los asentamientos no sólo se reducen a instalaciones para la fabricación de ánforas: «Los establecimientos alfareros incluyen villas rústicas donde vivía la gente y con una serie de servicios básicos como los de una ciudad, como un cementerio o suministro de agua».
La situación de esta actividad en una zona relativamente alejada de la urbe romana se explica en las necesidades de espacio de esta industria para el almacenamiento de las piezas «y las molestias que producen a la población, como suciedad y ruido», asegura.
Lora advierte de que había algunos indicios anteriores de estos establecimientos, que fueron descubiertos por casualidad en los años 70, pero que son poco concretos. Los restos encontrados durante la obra del metro permiten conocer más sobre la importancia que tenía el entorno de la calle La Unión durante la época romana.
Esta arqueóloga apuntó la hipótesis de que por esta zona, que tradicionalmente ha sido puerta de entrada a Málaga desde el Valle del Guadalhorce, pasaba un tramo de la calzada que unía Gades con las ciudades del Este de Andalucía «que era fundamental para el comercio y las comunicaciones».
El gerente de la obra del metro, Enrique Salvo Tierra, destacó que estos descubrimientos «dan historia al barrio, que parecía que sólo existían desde los años 60». Además, recalcó la diferencia con el desarrollo urbanístico de los años 70 y 80, en los que se «demolieron muchos de los restos».
Los restos se encuentran a una profundidad de entre 1 y 2,5 metros, conservados por la arcilla del terreno. Para las catas han contado con una cuadrilla y un equipo de Metro Málaga, que abrieron zanjas para sondear la posible existencia de restos antes de construir el dintel sobre el túnel.
La Opinión de Málaga, 19/09/2010
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