domingo, 5 de abril de 2009

Gena lleva 10 años denunciando las irregularidades de Alcaucín


La asociación ecologista que ha dado a conocer más de 500 agresiones urbanísticas en la Axarquía exige a la Junta mayor vigilancia en municipios como Viñuela o Arenas.


El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA)-Ecologistas en Acción tuvo sus inicios en 1986, con la elaboración de informes sobre el estado de los múltiples ecosistemas de la Costa del Sol Oriental. La comarca de la Axarquía guarda especies únicas en los fondos marinos de los acantilados de Nerja y flora insólita en las cumbres de unos 2.000 metros que coronan sus sierras. Pero pronto, con la llegada de miles de nuevos residentes europeos y la proliferación de viviendas en el campo, se constituiría en una asociación capaz de denunciar agresiones sobre ese paradisiaco territorio. Rafael Yus, su actual coordinador, desvela cómo de aquellos polvos han venido estos lodos: el ´caso Arcos´ en Alcaucín.

-A ustedes se les conoce ya como los auténticos vigilantes del urbanismo axárquico, ¿sienten que con Alcaucín han alcanzado una meta histórica?


-No aspiramos a una utopía de que no se construya absolutamente nada en el campo, como pueda parecer, aunque nos gustaría que algunas cosas que se han hecho no se hubieran hecho. Nosotros sólo hemos pedido que se cumpla la normativa vigente, tanto la aplicable para toda Andalucía como en términos locales, los planeamientos vigentes para cada municipio. Si ha ocurrido esto, es lamentable. Es verdad que lo de Alcaucín ha hecho daño a la imagen de la comarca de la Axarquía, pero también debemos ser conscientes de qué beneficia a la imagen de la Justicia, que por fin ha podido entrar en un tema de estos. En cualquier caso más que una meta, con este ´caso Arcos´ se viene a culminar un largo proceso que se inició en 1998. Son diez años de denuncias que ahora, si las sumamos todas, se elevan a 80.


-¿Pensaban en aquellos inicios que podría tardarse tanto en poner fin a la construcción sin límites que denunciaban?


-Lo que lamento ahora es el papel que desempeña en todo esto la Junta de Andalucía, tratando de escamotear un hecho, como el de Alcaucín, que es claro y manifiesto. Sistemáticamente, la administración autonómica está haciendo un trabajo no todo lo beligerante que debería ser. Asegura el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas, que ellos presumen la veracidad de los alcaldes. Pues con ese criterio se les van a escapar todos los casos de corrupción.

-¿Podemos hacer historia sobre las agresiones denunciadas en Alcaucín?


-Hemos tenido una batalla muy fuerte en este municipio. Desde un principio vimos que lo que se edificaba en el campo no eran casas de aperos, que en parcelas de 5.000 metros cuadrados se construían dos o tres viviendas y en fincas de 25.000 metros, urbanizaciones enteras. El problema es que se imponían como mucho multas por entonces de cien mil pesetas o algo más, que se asumían por la venta de las casas. Además sistemáticamente se aprobaban todas las viviendas desde la Junta. Ahora sabemos que era porque tenían unos informes técnicos proveniente de la Diputación que la Comisión Provincial de Urbanismo iba dando como válidos. Después empezamos a ir a la Fiscalía y denunciamos, por ejemplo, las 60 ó 70 casas del Pago de Carrión y finalmente, hace un par de años, la recalificación de Crocasa, que presumíamos que podía beneficiar a las hijas del alcalde, a un arquitecto... Desde que se aprobó hubo vecinos que empezaron de inmediato a quejarse por los edificios que se habían empezado a levantar. Así vino después todo este caso que ha salido a la luz pública.


-¿Es la localidad axárquica con más denuncias presentadas por ustedes?


-En una década hemos presentado, correspondientes al conjunto de municipios, alrededor de medio millar de denuncias, de las que unas 80 corresponden a Alcaucín. Allí, desde principios de esta década, se empezó a hacer realidad el mito de la casita junto al lago, por el embalse de la Viñuela que se construyó en su entorno. El daño ya es irreparable.


-Algunos vecinos también les pusieron en la pista del presunto escándalo que ha terminado con su alcalde en prisión sin fianza. ¿Se sienten en ocasiones como la vía directa a la que acudir cuando se produce un delito urbanístico en la comarca de la Axarquía?


-Mucha gente a nivel particular presenta denuncias. Pero tienen miedo a que se identifique su nombre. La mayoría de nuestras denuncias son de gente tapada, porque son personas que viven en los pueblos y temen ser objeto de persecución. Estamos canalizando denuncias que vienen de todas partes. Ya no tenemos casi ni tiempo de buscar infracciones. Lo que hacemos es comprobar las múltiples denuncias que nos llegan, mediante mediciones y comprobaciones.


-Ahora la pregunta más repetida va dirigida a la localización de otros municipios con importantes agresiones al territorio y que también puedan acarrear consecuencias de carácter penal.


-En la comarca de la Axarquía nosotros hemos tenido una batalla muy fuerte en La Viñuela, por el enorme ensanche de la cola del embalse, Canillas de Aceituno, sobre todo en la zona del río Bermuza, Canillas de Albaida, Cómpeta, que es horrible y tremendo por su enorme huella ecológica, Torrox, Sayalonga... Y estamos en este momento con Frigiliana, que como Cómpeta, en contra de la LOUA, ha hecho una especie de ordenanza para regular las casas de apero en el campo. Eso no se puede regular y lo hemos denunciado. Esas zonas son muy densas en cuanto a viviendas en el campo. Y también a Nerja se le ha ido de las manos la zona del río de la Miel.


-También han fijado la atención en los últimos tiempos en Arenas.


-Ahí la propia Fiscalía nos ha archivado denuncias porque el Ayuntamiento indica que no tiene constancia de ningún tipo de infracción y alegan que no tienen policías para vigilar lo que ocurre. Arenas contraviene sus propias normas y a pesar de eso la Fiscalía lo ha archivado todo.


-¿Por qué muchos de los valores que defiende se quedan con bastante frecuencia en declaración de intenciones?


-De alguna manera la Junta tiene miedo a perder el voto de toda esa clase media que se construye su vivienda en el campo y que no quiere renunciar a tenerla a pesar de que sea insostenible. Y si analizas a los alcaldes reunidos en proyectos como la Agenda 21 ves que ni tienen conciencia, sólo van a pedir dinero. La sostenibilidad no es una cosa de dinero. El ex alcalde veleño y ahora delegado de Turismo, Comercio y Deporte, Antonio Souvirón, decía que antes del desarrollo sostenible está el dinero. Y no es así, no puedes esperar a ser rico para preocuparte por el medio ambiente.


-¿Alguna posible solución inmediata?


-Para que las generaciones futuras no se encuentren con más daños irreparables se debería al menos derribar alguna casa en esta parte de la provincia. La única que se tiró, y de ello ha presumido la Junta, es una en La Viñuela, que era la estructura de una casas no terminada y que se inició hace dos décadas. Eso no se puede considerar demolición. En ese caso no se sabía ni dónde estaba el dueño.


La Opinión de Málaga, 08/03/2009


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