lunes, 30 de marzo de 2009

Axarquía enladrillada


El caso de Alcaucín destapa los desmanes urbanísticos de la comarca de la Axarquía, con cerca de veinte mil viviendas ilegales. La mayoría de los municipios concede las licencias por decreto.


Basta con darse un paseo por los pueblos del interior de la Axarquía para ver las miles de viviendas y edificaciones que siembran de manera desordenada y anárquica la práctica totalidad del territorio. Poco más de 15 años han bastado para esta transformación. El accidentado paisaje sólo salpicado por casas de apero y antiguos cortijos, ahora se presenta invadido por millares de puntos blancos de cemento y ladrillo. Lo ocurrido en el municipio de Alcaucín, con un alcalde en prisión preventiva, ha destapado los desmanes urbanísticos de esta comarca.


Según la estimación realizada por la Junta de Andalucía en la propuesta de Plan de Ordenación Territorial, en la zona oriental malagueña existen unas 10.000 viviendas ilegales en el medio rural. Los ecologistas de GENA contabilizan sin embargo más del doble, unas 22.000 construidas entre los años 1995 y 2007.


En el sustrato de este urbanismo descontrolado está la existencia de multitud de pequeños propietarios de terrenos. El uso de estas miniparcelas ha sido tradicionalmente agrícola aunque de escaso rendimiento. Si bien, en los últimos años, han sido testigos de cómo sus humildes propiedades pasaban a multiplicar su valor. Detrás de este fenómeno estaba una creciente demanda por parte de residentes extranjeros deseosos de encontrar terrenos alejados de las ciudades para establecerse y construir las casas en las que disfrutar de una tranquila jubilación.


El problema principal radica en que estos suelos tienen un uso rústico y por tanto no urbanizable. La Ley de Ordenación urbanística de Andalucía (LOUA) indica claramente que en estos terrenos sólo puede edificarse construcciones vinculadas al uso cinegético, forestal, agrícola o ganadero. Esto en teoría, porque en la práctica la falta de un reglamento urbanístico en todos los pueblos ha permitido una anarquía de construcciones. Muy pocos alcaldes de la Axarquía quieren hablar abiertamente del tema, sobre todo en estos días. «Yo de urbanismo no hablo», aseguraba a este periódico José Luis Navas, primer edil de Sayalonga.


Las multiples denuncias realizadas por los ecologistas no han servido de mucho. Según Rafael Yus, coordinador de GENA, numerosas viviendas han terminado siendo legalizadas o con multas que no han logrado paralizar la escalada de construcciones, un proceso imitado en la mayoría de los municipios de la comarca que carecen de planeamiento.


El resquicio más usado


Sin planeamiento y con una Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) en vigor desde 2002, pero que está «sin desarrollar», según los alcaldes, la construcción de viviendas en el suelo no urbanizable ha tenido como instrumento clave los proyectos de actuación, una figura que tiene como finalidad demostrar la vinculación de las construcciones a los usos permitidos (caza, ganadería, agricultura...).


Estos proyectos, acompañados de informes de peritos agrónomos justificando la vinculación, se publican en el BOP, se someten a exposición pública y se remiten a la Junta de Andalucía. La Delegación de Obras Públicas (ahora de Vivienda y Ordenación del Territorio) ha venido emitiendo informes negativos, que al no ser vinculantes, han llevado a los alcaldes a conceder licencias por decreto, previo acuerdo del pleno, por entender que sí existía una vinculación demostrada.


«Los vecinos nos han presionando mucho y se ha especulado más, pero hay pueblos y pueblos. La Junta de Andalucía no ha querido estar al corriente de lo que estaba pasando. En La Viñuela, por ejemplo, el Consistorio ha aprobado el PGOU sirviéndose del silencio administrativo de la Administración, que tiene recurrida la aprobación.


Un POT con polémica


El intento del Gobierno andaluz de poner fin a la vorágine urbanística a través de un Plan de Ordenación para la comarca (POT), cuando el caos era ya más que evidente «es papel mojado», según GENA. Este plan definía los usos del suelo, limitaba la capacidad de crecimiento de los muncipios y hacía hincapié en el respeto al paisaje de la zona. El documento puso en pie de guerra a los regidores y sigue provocando todavía hoy las criticas de los alcaldes, que se quejan de que se ha realizado sin el consenso de los municipios. La Consejería ya ha advertido de que seguro que habrá demoliciones.


LAS CLAVES


Planeamiento: Sólo cinco municipios de la Axarquía (Rincón de la Victoria, Vélez-Málaga, Torrox, Nerja y Riogordo), tienen PGOU. De los 26 restantes que conforman la comarca, sólo nueve están dotados de normas subsidiarias y cinco de demilitaciones de suelo del urbano. Los demás no tienen ningún instrumento de planeamiento.


Viviendas en el campo: Para autorizar estas construcciones se utiliza como instrumento los proyectos de actuación, que deben demostrar la vinculación de la edificación al uso agrario, cinegético, forestal o ganadero. La mayoría son informados de manera negativa por la Junta, pero los ayuntamientos los autorizan al no ser vinculante el pronunciamiento de Ordenación del Territorio.


Recursos: En los últimos once años la administración autonómica ha recurrido 272 actos urbanísticos municipales, la mayoría por concesiones de licencias en base a proyectos de actuación.


Anulaciones: Los juzgados comienzan a anular licencias otorgadas por los ayuntamientos para construir viviendas en el campo. Residentes extranjeros se han unido para defender sus casas.


Diario Sur, 08/03/2009


1 comentario:

  1. El "suelo" está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará? el desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será...

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