domingo, 18 de enero de 2009

Un año de vida en la Concepción


Un repaso a las ´plantas del mes´ a lo largo de 2008 en este fastuoso paraíso subtropical, el año en que la finca estrena una ruta forestal con espléndidas vistas.


Desde hace unos años, el jardín de La Concepción quiere dar a conocer sus tesoros designando la ´planta del mes´, que muestra a los curiosos sus historias y secretos. Además, en 2008 la finca, que comenzó a crecer a mediados del XIX hasta convertirse en el mejor jardín botánico subtropical de Europa, ha estrenado una ruta forestal, que transcurre en parte a buena altura, con vistas magníficas desde las que admirar, por ejemplo, la planta del mes de diciembre, la araucaria.


Pero comencemos por el principio, que sólo puede ser enero. En este mes poco propicio, en teoría, a las explosiones de color, llega el naranja brillante de la ´Pyrostegia venusta´, más conocida como bignonia. Original de Brasil y Paraguay, alegra las pérgolas y muros en tiempos de frío.


La elegida para representar al mes de febrero es un clásico de nuestro mediterráneo: la lavanda dentada, llamada así por la forma de sus hojas. Arbusto que crece en zonas costeras, rocas y matorrales, su esencia es antiséptica, cicatrizante y mata las bacterias. Un portento que puede admirarse en la zona de ´Plantas de Nuestra Tierra´, junto a un olivo cargado de años.


En marzo, alcanza todos los honores la vinca o vincapervinca, una planta con una elegante flor azul violácea que además tiene propiedades cicatrizantes, colocándose la hoja (de un verde oscuro brillante) machacada sobre las heridas. Quien no quiera este ´consuelo´ le bastará con admirarla para sentirse algo mejor.


Dando la bienvenida a la primavera, el mes de abril llega con el pitosporo (en Málaga también se pronuncia ´pitósporo´) o azahar de China, un arbusto o arbolito viajero, venido de Oriente a principios del XIX, con unas flores que desprenden un olor muy dulce y agradable.


Ynos espera un clásico en mayo:la jacaranda. Sus flores, de un delicado color malva, se agrupan en inflorescencias de 20 centímetros, con su clásico fruto, una cápsula en forma de castañuela llena de semillas.


Una planta muy conocida en Málaga cuando empiezan los calores es el agapanto. Precisamente al final de la primavera le salen unos largos tallos coronados, una bonita agrupación de flores de color violeta o blanco. Su nombre, de resonancias helénicas, significa ´flor del amor´.


El amarillo intenso de julio está muy bien representado por la casia, un arbusto africano con ´inflorescencias´ en forma de racimos bien ´firmes´.


El mismo tono presenta el oleandro o adelfa amarilla, planta del mes de agosto. Florece desde primavera a otoño y las flores, de amarillo intenso, tienen forma acampanada.


Una planta de líneas elegantes muy presente en los jardines malagueños es la tradescantia, estrella del mes de septiembre. El nombre científico ´Tradescantia pallida´, hace referencia al botánico John Tradescant y al color lila pálido de sus hojas lanceoladas.


En octubre llegó una planta espectacular, gracias a su flor, que tiene un aroma dulzón y puede alcanzar los 40 centímetros de largo:la pachira. Los pétalos color crema se abren como un plátano, dejando ver un enorme ramillete con 200 ó 300 estambres. En Málaga se usa mucho como planta de interior.


La ´Polygala myrtifolia´ o ´polígala´ hizo méritos para convertise en la flor de noviembre. Este arbusto, que puede alcanzar los dos metros de altura tiene abundantes flores de color morado intenso. Muy utilizada en jardinería por su fácil cultivo, en La Concepción se encuentra en la zona africana de ´La Vuelta al Mundo en 80 días´.


2008 concluyó con una verdadera estrella de la botánica:en diciembre la escogida fue la araucaria, y es que en La Concepción se encuentra el que se considera el árbol más alto de toda la provincia. De hecho, fue plantado en la década de 1860.


Y como hemos dicho, en 2008 la nueva ruta forestal también pasó al ´estrellato botánico´. Se trata de un paseo elevado que parte de la ruta de los miradores, con vistas envidiables de los Montes de Málaga. Un paseo de dos horas con el jardín histórico a los pies.


Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 31/12/2008


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