viernes, 30 de enero de 2009

Los secretos de El Morlaco. Las desconocidas minas de yeso


Rafael Cueto, nacido en el barrio, cuenta la historia de las tres minas de yeso que funcionaron entre 1800 y 1960. Hay dos lagunas subterráneas y una sala en la que caben cuatro autobuses.

"El suelo de El Morlaco es un auténtico laberinto de galerías artesanales hechas con pico, pala y barrena", señala Rafael Cueto. Pocos como este experto ebanista conocen la historia del barrio, en el que vino al mundo en 1943. Y lo hizo precisamente en la calle Isidro Ruiz, en una de las casas construidas en 1870 para los mineros de la yesera Santa Ana, propiedad del mencionado Isidro Ruiz.


"Mi abuelo compró una casa en los años 20. Llevo toda la vida preocupándome por todo lo que había aquí", recalca. Según los datos de Rafael, en El Morlaco y Parque Clavero funcionaron tres minas de yeso. "La primera de ellas calculo que comenzó a funcionar en 1800 y la entrada estaba justo donde hoy están los aparcamientos de la urbanización Villa Ficus, en la calle Leví", cuenta.


"Dentro de la mina había dos lagos. Uno de ellos era una charca cenagosa en la que se llegaron a ahogar personas y borricos", describe Rafael. El segundo lago, o quizás laguna, es tan profundo, explica, que cuando siendo niño pedía a los marengos de la playa una cuerda y la ataba a una piedra para lanzarla a la charca, "nunca tuvimos cuerda suficiente para saber la profundidad del agua".


Otro de los sectores tomó el nombre ´Civil´. Esta denominación se la pusieron los malagueños de La Caleta, El Limonar, El Morlaco y la Torre de San Telmo, que buscaron refugio en la mina durante los bombardeos aéreos de la Guerra Civil.


De esa enorme sala quedó constancia en el exterior cuando tuvo lugar un pequeño hundimiento, que dejó un agujero por el que entraba la luz de la superficie. A partir de entonces la zona, en la parte alta de El Morlaco, hoy en plena urbanización El Rocío, fue conocida como ´La Lumbrera´.


Una tercera mina de yeso, cuenta Rafael, fue la de la yesera de Vargas, con tres entradas en donde hoy se encuentra la urbanización Parque Clavero.


Un paseo con este vecino por el Parque de El Morlaco es una lección de ´rastreo minero´. Rafael señala las zonas, algunas todavía evidentes, en las que la tierra se vino abajo. "Es que el Cerrado y Parque Clavero están agujereados también y han llegado a aparecer galerías en Pedregalejo", cuenta.


Con respecto a la proliferación de construcciones en El Morlaco y alrededores, con una urbanización como Villa Ficus, de hechuras ciclópeas, además de numerosos chalés y un mar de adosados en Parque Clavero, Rafael Cueto está convencido de que con los años, "se ha retirado muchísima documentación de la administración para poder hacer las cosas que se han hecho".


Durante esos años, Rafael recuerda la fuente que surtía de agua a la barriada y también una caseta de madera utilizada por los empleados de los tranvías. "Como cada vez que llovía aquí se formaba un arroyo y salía tierra que tapaba las vías, decidieron poner una caseta con picos y palas para limpiar la carretera cada vez que llovía".


Desde el mirador del Parque de El Morlaco, Rafael Cueto señala los restos de lo que posiblemente dio nombre a la zona. En tiempos de su abuelo todavía podía verse una gran roca espigada adentrándose en el mar y que cruzaba la actual carretera, antes de que se hiciera el paseo marítimo."En ese tiempo, con esta roca, la bahía tenía la forma de la cornamenta de un toro, de un morlaco".


Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 23/01/2009


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