Cada habitante de la ciudad usa 3,2 hectáreas, 1,4 más de las consideradas sostenibles, y la demanda provincial es 4,36 veces mayor que su territorio.
Equilibrar el desarrollo socioeconómico y urbanístico y la supervivencia ambiental no es tarea fácil y parece que Málaga sigue suspendiendo en esta asignatura, pese a los esfuerzos de los últimos años. Una vez más, un informe pone de manifiesto los problemas de sostenibilidad que tienen tanto la capital como la provincia, que no consiguen acompasar los recursos existentes con la demanda que reciben. Tanto es así que la ciudad necesitaría tener 23 veces su superficie actual para mantener en límites sostenibles su consumo y se sitúa entre las capitales españolas com un mayor déficit.
Así lo asegura el último informe realizado por el Observatorio de la Sostenibilidad de España (OSE), organismo integrado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y que ha estudiado la huella ecológica de todas las capitales españolas con resultados sorprendentes y, en muchos casos devastadores. Por ejemplo, apunta que cada habitante de la ciudad consume 3,2 hectáreas globales, es decir 1,40 hectáreas más de la media establecida como sostenible. Y si la capital requiere de 23 veces su terreno para atender esa demanda, ello significa que necesitaría casi un millón de hectáreas para satisfacerla.
Es más, dice el observatorio que la huella ecológica de Málaga está "muy por encima de la disponibilidad por habitante a nivel global, lo que la sitúa lejos del objetivo deseable hacia la sostenibilidad".
No mucho mejor parada sale la provincia, de la que el informe señala que demanda recursos 4,36 veces superiores al territorio que posee, lo que también la convierte en "insostenible".
No obstante, Málaga capital está lejos de las cifras que presentan otras ciudades como Bilbao, que necesitaría 100 veces su territorio, o Santander, que requiere 81 veces su superficie.
Insostenible. El concepto de huella ecológica no es nuevo para Málaga. De hecho, el plan Madeca que impulsó la Diputación hace unos años ya planteaba la problemática de la provincia en este sentido en un análisis realizado por el profesor de la UMA Marcos Castro, que entonces, con datos de 1999, situaba la ratio provincial en 4,76.
Se entiende por huella ecológica "la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano, así como el territorio necesario para absorber los residuos que éste genera". Y en este último ámbito tampoco sale Málaga capital muy bien parada, ya que supera la media nacional de generación de residuos, con una tasa de 913 toneladas diarias, que suponen 1,6 kilos por habitante y día (1,47 en España). Del mismo modo, la recogida selectiva sólo alcanza al 3,7%, una cifra que el informe señala que se encuentra muy por debajo del global de España (9,5%).
Mejores son las cifras cuando se trata de consumo de agua, ya que la capital, que está a punto de salir del decreto de sequía consume menos que la media española, con 262 litros por habitante y día, 133,3 para uso doméstico, lo que significa un 19,7% menos que a nivel nacional. Donde no cumple la media es en tratamiento terciario, ya que sólo se recicla un 0,03%, unos 50 metros cúbicos al día.
En modos de transporte, la ciudad está algo mejor, ya que hay porcentajes similares en el uso de vehículos públicos (35%) y privados (33,6%). El informe pone en valor el amplio porcentaje de desplazamientos a pie, un 31,2%, frente al 20% de media española.
En zonas verdes, con casi 320 hectáreas útiles y 700 planificadas, Málaga se sitúa en el límite inferior que marca la OMS, con 5,7 metros por habitante. El informe destaca la aplicación de la Agenda Local 21 y los presupuestos participativos.
La Opinión de Málaga, 23/02/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario