jueves, 12 de febrero de 2009

El jardín histórico de San Javier en Churriana será recalificado para construir viviendas.


La finca, con un jardín protegido, ha sido reclasificada y el Plan General acepta en su suelo la ejecución de seis inmuebles en parcelas separadas.


La finca San Javier, enclavada en Churriana, una de las haciendas rurales más antiguas de Málaga, con uno de los diez jardines protegidos que tiene la capital y catalogado como tal en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), podrá albergar en su suelo la construcción de viviendas dado que el Ayuntamiento ha aceptado una alegación presentada por la propietaria de la finca, por la que San Javier es recalificada como suelo urbano consolidado.


Tal recalificación del suelo, aceptada ya en la aprobación provisional del PGOU, supone que la finca adquiere unos aprovechamientos urbanísticos que, dada su superficie y la edificabilidad de la zona, permitirían la construcción de unas seis viviendas en parcelas separadas.


El modelo es similar al que se ha adoptado en el palacete de Villa Fernanda, en El Limonar, que también posee un jardín protegido y donde el PGOU autoriza la construcción de unas 50 viviendas. Un modelo que ha encontrado el rechazo de los grupos de la oposición y donde el mismo equipo de gobierno ha intentado buscar un comprador que mantenga el palacete en su actual situación.


San Javier es una de las haciendas más antiguas de Málaga, ya que data de 1800. Tiene una extensión de 8.781 metros cuadrados, una gran casa solariega, también protegida, y tres edificaciones menores.


Lo más valioso de este recinto es su jardín histórico que por sus características y su valor botánico es uno de lo diez jardines protegidos que hay en Málaga. Tiene 109 ejemplares catalogados con 41 especies distintas. Entre ellas destaca un grupo de ´persea americana´ de imponente talla, según se describe en el propio catálogo.

Compensación. En el actual PGOU, la finca está calificada como sistema local de espacios libres como zona verde dado que la intención del Ayuntamiento era su obtención para el patrimonio municipal.


De hecho, en los programas electorales del PP a las elecciones municipales de 1999 y de 2003 figura la adquisición, mejora y apertura de esta finca.


Sin embargo el Ayuntamiento ha dejado pasar los ocho años que marca la ley desde la aprobación del PGOU sin obtener la finca lo que ha dado pie a que su propietaria reclame y obtenga su recalificación como suelo urbano consolidado con sus derechos urbanísticos correspondientes que le van a permitir, tras la aprobación posterior de un estudio de detalle, la construcción de unas seis viviendas en parcelas separadas, o la compensación de esos derechos en otro lugar.


Con ello Málaga pierde una joya histórica y botánica que en cualquier otra ciudad sería cuidada y admirada mientras que aquí se ve despreciada tanto por políticos como por los propios vecinos. Y todo para el beneficio de unos pocos bolsillos.



La Opinión de Málaga, 03/02/2009


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