La Guardia Civil volvió a paralizar el viernes los trabajos de las máquinas que extraían arena del río para comunicarlo con el mar. La Junta ha puesto en marcha un dispositivo de vigilancia.
El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Málaga volvió a paralizar el viernes pasado las obras de un puerto en la desembocadura del Guadalhorce. Tras estos hechos, ha abierto un atestado contra el Club Náutico Guadalmar por un delito penal contra la ordenación del territorio y contra el medio ambiente por trabajar sin permiso ni licencia en la desembocadura del cauce de un río, que además está protegido por la figura de paraje natural por su importancia ornitológica como zona de paso migratorio de aves, así como de otras sedentarias y que utilizan este espacio para invernar.
La Guardia Civil paró el viernes pasado los trabajos de dos máquinas retroexcavadoras que estaban extrayendo de forma ilegal arena del lecho del río y que pretendían dragar la barra de arena que separa el cauce del río del mar para que, supuestamente, los barcos pudieran subir y atracar en el cauce del río, según indicaron fuentes del Seprona a este periódico. Tras este suceso, agentes de este cuerpo han llamado a declarar como imputado al presidente del citado club y han puesto en conocimiento de la Delegación de Medio Ambiente, la Agencia Andaluza del Agua y el Ayuntamiento de Málaga la apertura del atestado.
Cuando se finalice el informe se trasladará al juzgado de instrucción para que abra diligencias penales por un delito contra la ordenación del territorio y contra el medio ambiente, según subrayaron fuentes de la Guardia Civil. Por otra parte, las citadas obras también pueden aparejar un delito administrativo, que cursaría la Delegación de Medio Ambiente puesto que las obras se realizan en un espacio protegido de gran valor ornitológico.
Según el Seprona, el Club Náutico de Guadalmar presentó un permiso caducado del mes de julio para la limpieza de bolsas de plástico y basura en la desembocadura del río, que ya fue usaron el pasado mes de agosto para realizar movimientos de tierra sin tener licencia de obras, y que provocó que la Junta y la Demarcación de Costas paralizasen las obras.
Desde el pasado viernes, la Delegación de Medio Ambiente ha puesto una vigilancia especial en el paraje para evitar que vuelvan a reiniciarse los trabajos cumpliendo así con los protocolos de actuación que acordaron con agentes del Seprona de la Guardia Civil.
Diario Sur, 17/09/2008
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