Ajena a los criterios de sostenibilidad y sentido común, despreciando el medio ambiente andaluz e ignorando las directivas europeas tendentes a recuperar las márgenes de ríos y arroyos, la Junta de Andalucía decide hormigonar tres arroyos malagueños para evitar problemas durante las frecuentes avenidas.
Más de 6 millones de euros de dinero público malgastasdos en una obra faraónica que bien podría haberse resuelto con unas sencillas tareas de limpieza y reforestación de sus riberas, en las que podrían haber trabajado vecinos desempleados y con las que los malagueños habríamos ganado amplios paseos arbolados para el disfrute de los ciudadanos.
Pero esa no era precisamente la idea de la Junta de Andalucía. Ahora Málaga gana tres cauces hormigonados que terminarán convertidos en vertederos de todo tipo. Y mientras, el malagueño cada vez más aislado de su entorno natural.
Málaga en Verde
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Noticia publicada en La Opinión de Málaga el 25/01/2012
Los arroyos Merino, Carambuco y Prado Jurado han sido encauzados por la Junta de Andalucía para eliminar las tradicionales inundaciones que afectaban a los núcleos de El Tarajal y Los Chopos, así como a los polígonos Trévenez, La Huertecilla y Mercamálaga.
La inversión, que ronda los 6,18 millones de euros, ha permitido la construcción de los cauces de estos tres arroyos, que inicialmente vertían el agua de las lluvias en una planicie y provocaban frecuentes inundaciones en su entorno. La actuación permite recoger el agua de los tres arroyos y canalizarla de forma controlada hacia el río Guadalhorce, gracias a la construcción de 2,1 kilómetros de cauces con hormigón armado y escollera.
La delegada del Gobierno andaluz, Remedios Martel, y el delegado de Medio Ambiente, Francisco Fernández España, destacaron que esta actuación ofrece «una mayor seguridad para las 140.000 personas que trabajan o viven en este entorno y que suelen verse afectadas por las inundaciones». De hecho, Martel insistió en el «gran interés social» de una inversión que ha corregido uno de los puntos de «mayor riesgo de inundaciones» del municipio.
En esta línea se mostró el delegado de Medio Ambiente, quien destacó que esta actuación ha resuelto el problema de seguridad que presentaba una de las últimas zonas inundables de la ciudad. Sobre el plazo de ejecución de la obra, que ha durado algo más de dos años, Fernández España recordó que ha sido «muy compleja técnicamente» por la cantidad de servicios afectados y porque «las obras se inundaron en dos ocasiones durante los inviernos pasados».
La actuación se ha dividido en tramos, en función del caudal que reciben estos arroyos. Así, se ha construido un cauce de seis metros de ancho en los 560 metros del arroyo Prado Jurado, con capacidad para desaguar los 35 metros cúbicos por segundo que recibe en los momentos de mayor afluencia.
El tramo del arroyo Merino que está a la altura del cruce con la vía del tren se ha construido con una anchura de 8,5 metros y con capacidad para recibir unos 70 metros cúbicos por segundo de agua. La unión con el arroyo Carambuco supone la ampliación del cauce a los 19 metros, para recibir un caudal conjunto de 125 metros cúbicos de agua por segundo.
El tramo final, en el que confluyen los tres arroyos, tiene una capacidad para encauzar hasta 161 metros cúbicos por segundo, por lo que la anchura del cauce oscila entre los 24 y los 40 metros en el punto que enlaza con la margen izquierda del río Guadalhorce.
La actuación incluye la colocación de cadenas cada 100 metros con idea de reducir la erosión que producen las grandes avenidas de agua. Además se han construido siete pasos superiores para salvar los cauces y conectar la red de caminos que hay en este entorno.
LAS CLAVES
Capacidad máxima del cauce
El nuevo cauce que se ha construido para los arroyos Merino, Carambuco y Prado Jurado tiene una capacidad máxima de 161 metros cúbicos por segundo de desagüe en el punto de más anchura.
Inversión en los arroyos
La Junta de Andalucía ha invertido 6,18 millones de euros en este proyecto, que ha tenido un plazo de ejecución de dos años a cargo de las empresas San José y Gramán.
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