En la zona de la playa del Bajondillo se levanta, magnífico, un escarpe travertínico de gran belleza paisajística y de enorme valor geológico. Esta masa rocosa ha sufrido varios atentados urbanísticos vergonzosos pero ya irremediables pues acontecieron hace muchos años: el Hotel Meliá Costa del Sol, y los dos bloques de apartamentos de La Roca, fundamentalmente.
Creíamos que el progreso en nuestra sensibilidad cívica y ecológica sería suficiente para preservar lo poco que nos queda de paisaje natural de nuevas agresiones. No es así. Hemos comprobado cómo, junto al Hotel Meliá, están levantando un edificio que servirá para convenciones, que está justamente delante de una de las vistas más bonitas de la formación rocosa y de la escalera que sube desde el paseo marítimo al centro de Torremolinos.
Somos conscientes de lo necesario que es, en nuestros días de crisis y de paro, la construcción, el turismo y la actividad productiva. Estamos a favor de que se levanten, no uno, sino diez edificios para convenciones, pero es inadmisible que se ubiquen delante de un tesoro paisajístico y geológico. Es un grave atentado contra un bien público escaso que los torremolinenses no debemos permitir.
El organismo o instancia de la Administración local o autonómica que ha autorizado este desatino es responsable del mismo y debe rendir cuentas ante la ciudadanía de un abuso tan anacrónico como éste.
Creíamos que el progreso en nuestra sensibilidad cívica y ecológica sería suficiente para preservar lo poco que nos queda de paisaje natural de nuevas agresiones. No es así. Hemos comprobado cómo, junto al Hotel Meliá, están levantando un edificio que servirá para convenciones, que está justamente delante de una de las vistas más bonitas de la formación rocosa y de la escalera que sube desde el paseo marítimo al centro de Torremolinos.
Somos conscientes de lo necesario que es, en nuestros días de crisis y de paro, la construcción, el turismo y la actividad productiva. Estamos a favor de que se levanten, no uno, sino diez edificios para convenciones, pero es inadmisible que se ubiquen delante de un tesoro paisajístico y geológico. Es un grave atentado contra un bien público escaso que los torremolinenses no debemos permitir.
El organismo o instancia de la Administración local o autonómica que ha autorizado este desatino es responsable del mismo y debe rendir cuentas ante la ciudadanía de un abuso tan anacrónico como éste.
cada vez que paso ahora por ahi se me encoje el corazón.
ResponderEliminar