viernes, 27 de noviembre de 2009

La flora vascular de Andalucía oriental


Cuatro grandes tomos y miles de fotos. La flora de Andalucía oriental ya tiene su libro de cabecera, al que la provincia de Málaga aporta casi un 20% de especies propias, muchas de ellas en peligro de extinción.


Más de seis años de trabajo de trabajo sesudo. Muchas visitas al monte, revisiones completas de los herbarios y setenta autores todos a una para culminar la gran obra de las especies vegetales de Granada, Almería, Jaén y Málaga. 'La flora vascular de Andalucía oriental', editada por la Consejería de Medio Ambiente, está llamada a ser la enciclopedia de nuestras plantas.


Una gran riqueza biológica, de la que Málaga aporta buena parte de las 3.600 especies catalogadas, ni más ni menos que la mitad del total de la flora de todo el país concentrada en sólo cuatro provincias. Pero tener tanta riqueza, tanta biodiversidad, también tiene sus riesgos, ya que defender un gran patrimonio es muy difícil, sobre todo cuando éste es vegetal y crece a placer donde le parece propicio. Por eso, el 20% de la flora que aporta Málaga a este saco común está catalogada como vulnerable o en peligro de extinción, lo que quiere decir que su existencia y su pervivencia penden de un hilo.


«Hay límites que no podemos transgredir porque perder especies supone perder biodiversidad, y la pérdida de las masas boscosas supone la pérdida de importantes servicios ambientales tales como aire puro, agua pura, paisaje, la fijación de carbono en el suelo, la capacidad para retener la tierra de los árboles», subraya el catedrático de Biología Vegetal de la UMA, Baltasar Cabezudo, que ha sido uno de los investigadores principales de esta obra, en la que también ha colaborado profesores de este departamento como María del Mar Trigo, Teresa Navarro y Andrés Vicente Pérez.


Pues bien, la gran riqueza vegetal de Málaga o al menos la más rara o peculiar, y por tanto la más propia o endémica, se encuentra en la serranía de Ronda, la sierra Tejeda-Almijara, en la Axarquía; y el llamado sector aljíbico, que engloba las montañas de Cortes de la Frontera, Valle del Genal y Marbella y Estepona.


El estandarte de la provincia de Málaga, ese árbol que es más propio de los climas del norte, el pinsapo, sigue en la temida lista roja de las especies que están en peligro de extinción. Las masas de pinsapares, que se distribuyen por Málaga y Cádiz están en buen estado a pesar de que las plagas de hongos y perforadores no dejan de hacer su trabajo. Pero el crecimiento de esta especie relíctica, que se quedó acantonada en estas montañas, está limitado a un espacio muy concreto, y de ahí que siga catalogada en peligro de extinción. La imposibilidad de encontrar pinsapos (el árbol que dio a conocer a la ciencia el suizo Boissier) en otras zonas en forma de bosquetes es lo que lo mantiene en esta clasificación. «Es imposible no darle al pinsapo el lugar tan especial que tiene en el conjunto de la flora malagueña, es un endemismo (una planta exclusiva de esta zona) que hay que proteger a toda costa», subraya Cabezudo.


Si se trata de saltar al sector aljíbico, cabe destacar el narciso bético ('Narcissus bugei'), que también se puede avistar en la sierra de las Nieves. El motivo para estar considerada como una especie vulnerable es debido a la espectacular floración, por lo que sufre de las continuas recolecciones de los visitantes, que en la mayoría de los casos desconocen que esta bellísima flor está en peligro de extinción. Este narciso es un preciado tesoro, ya que en Andalucía sólo crece en este parque natural y en la subbética cordobesa. Por eso, más de una decena de carteles, con la prohibición expresa de cogerlo, se colocaron en varios puntos de la serranía de Ronda, donde crece esta planta, con el objeto de que los visitantes sepan que está protegida. Y su distribución, desde entonces, ha mejorado ostensiblemente.


La sierra de las Nieves tiene en su haber otras especies interesantes en peligro de extinción o con la calificación de vulnerables, como un quejigo propio de esta zona 'Quercus alpestris', especie que sólo crece en la provincia de Málaga. De hecho, el quejigal de Tolox es considerado uno de los mejores enclaves naturales de España. Este precioso bosque con claros está formado de un quejigo que tiene un genotipo distinto al de otros de su especie: hojas más pequeñas, menos lobuladas y más redondeadas. Su bellota es de menor tamaño y vive en la media y alta montaña cuando su espacio natural se encuentra en la media y baja montaña y en zonas más húmedas.


La Axarquía


Las montañas de sierra Tejeda-Almijara, que continúan cayendo hacia el mar por el paraje de Maro cobijan una decena de especies únicas, que en la mayoría de los casos, y debido a su escasa distribución, también se encuentran en vías de desaparecer. Entre ellos está la siempreviva malagueña ('Limonium malacitanum'), que sólo crece en los cortados axárquicos junto a la rarísima olivilla o emborrachacabras ('Cneorum tricoccum'), de la que sólo queda una pequeña población en los roquedos, así como el romero silvestre ('Rosmarinus tomentosus').


Subiendo hacia sierra Tejeda-Almijara se puede disfrutar de una gran joya: el tejo. Este es un árbol milenario, que ya estaba en este mundo durante la época de las glaciaciones cuaternarias, por lo que su origen data de hace más de un millón de años. Actualmente vive en zonas de umbrías y oscuros barrancos, por encima de los mil metros. No es tan famoso como el pinsapo, pero su gran longevidad hace que sierra Tejeda-Almijara cuente con un 'tatarabuelo', que lleva observando el paso de las cabras monteses más de 700 años, y que, afortunadamente, ha pasado desapercibido. Cuanto más desconocido sea, más posibilidades tendrá de vivir, ya que el reto de muchas plantas ha sido sobrevivir al paso del hombre, razón por la que parte del patrimonio de la provincia se encuentra en peligro de extinción.


Diario Sur, 18/10/2009


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