miércoles, 4 de marzo de 2009

La iglesia de Santiago rescata sus frescos del XVIII


Los trabajos en las pinturas murales han permitido la recuperación de las cuatro ventanas originales de la parroquia de Santiago. Ayer se retiraron parte de los andamios.


Desde ayer, las personas que contemplen la parroquia de Santiago, en la calle Granada, tendrán que dividir su tiempo entre su famosa torre mudéjar y la preciosa decoración barroca de la fachada, rematada con una ´segunda´ cruz de Santiago.


Y es que ayer se retiraron la mayor parte de los andamios de las obras de rehabilitación que está realizando el Instituto Municipal de la Vivienda, a través de la Oficina de Rehabilitación del Centro.


El aparejador diocesano, Pablo Pastor, a cargo de las obras, explicó que la pintura decorativa procede de la reforma de la parroquia en el siglo XVIII, a cargo de Felipe Unzurrunzaga, que convirtió la iglesia de estilo gótico-mudéjar en barroca.


"En esa reforma se abrieron las dos puertas laterales y como el coro estaba entonces en mitad del templo, (como en la Catedral de Málaga) y la iglesia se quedaba pequeña, hicieron un nuevo coro en alto y el otro lo dejan pegado a la puerta mudéjar, que la tapian".


En la reforma, el techo mudéjar del interior es sustituido por bóvedas más acordes con el Barroco. Pastor explicó que también se está rehabilitando la (hasta la fecha) poco lucida puerta mudéjar de ladrillo visto.


La eliminación del encalado tradicional de la iglesia, una práctica clásica del XIX, ha dejado a la luz unas pinturas con elementos arquitectónicos fingidos en la fachada principal y una decoración geométrica repetitiva en la zona del crucero.


El aparejador diocesano estima que pudor ser en la actuación de 1944 que realizó el arquitecto Enrique Atencia cuando se sustituyen las ventanas cuadradas por las circulares. Estas obras del 44, por cierto, repararon la muy dañada parroquia, después de los saqueos e incendios del año 31 y de la Guerra Civil.


Más luz. Sin lugar a dudas, el descubrimiento más interesante en la rehabilitación de la iglesia de Santiago, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) recientemente, ha sido la reaparición de los cuatro ventanales originales de la portada principal, que fueron tapiados en el siglo XX. "Hay fotos de los años 20 en los que aparecen los ventanales grandes y en los años 40 desaparecen", contaba ayer Pastor.


La recuperación de estos antiguos vanos ha cambiado el aspecto de la parroquia en el interior."Ahora entra muchísima más luz y ha pasado de ser una iglesia triste a contar con una luz preciosa".


Según cuenta la responsable de la empresa restauradora Tarma, Beatriz Martín, estos grandes ventanales aparecieron debajo de las capas de pintura plástica que retiraron con un bisturí mecánico. "Vimos que estos vanos, que estaban en correspondencia con los mismos del interior de la iglesia, estaban recercados, pintados y relacionados con la pintura decorativa del exterior, por lo que se planteó la posibilidad de recuperarlos", detalla Martín.


De esta forma, la restauración en la iglesia de Santiago, en la que ha trabajado también la constructora Alberto Domínguez, no sólo ha recuperado las pinturas murales primitivas dieciochescas, sino también su fisionomía original.


Técnica. En cuanto a la técnica decorativa, las catas descubrieron los típicos motivos de la característica arquitectura fingida de la segunda mitad del siglo XVIII, que ha visto ya la luz en forma de pilastras, motivos de remate y un gran frontón que corona la fachada.


La restauradora observa que la reintegración de los frescos se ha realizado escrupulosamente, siguiendo el criterio de respeto del original, mientras que en las zonas de mayor pérdida de color y conociendo el dibujo primitivo, se han extrapolado y reproducido los mismos motivos. Por el contrario, en los puntos en los que se desconocían los detalles, se ha aplicado un fondo neutro.


Los parches de cementos y los numerosos repintes de cal de diversas épocas deterioraron algunas de las pinturas originales, que se han consolidado a través de inyecciones de resina y morteros líquidos de relleno.


Como curiosidad, ahora la fachada cuenta con dos cruces de Santiago: la primitiva del XVIII, una pintura decorativa, y el medallón en relieve que se instaló cuando la iglesia fue encalada en una fecha imprecisa del XIX.


Pablo Pastor calcula que las obras, de las que sólo queda la parte inferior de la fachada, estarán listas en un mes.


Por su parte el responsable de la Oficina de Rehabilitación del Centro, José María Gómez Aracil, ha mostrado su satisfacción por esta rehabilitación. "Yo creo que la gente se va a quedar asombrada cuando vea cómo va a quedar", resume.

Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 10/02/2009

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