lunes, 10 de noviembre de 2008

El entorno del Museo Picasso sigue marcado por el deterioro


Cuando se cumplen cinco años de la inauguración de la pinacoteca picassiana, la Junta de Andalucía y los vecinos critican al Ayuntamiento de Málaga por la situación de abandono de los alrededores y la falta de proyectos consistentes que consigan revitalizar la zona

Hacia las diez de la mañana de ayer, un ruido de cascotes anunció el desplome de parte de una pared medianera: la del número 31 de la calle Tomás de Cózar, edificio con protección pero en estado ruinoso y con el cartel de una empresa de demoliciones. La policía y los bomberos acordonaron esta calle que parece sostenerse de puro milagro.

Cinco años se cumplen desde que el 27 de octubre de 2003 se inauguró el Museo Picasso y el entorno de la pinacoteca no termina de despegar. Los únicos signos de vida los aportan la iglesia de Santiago, que está siendo rehabilitada por el Instituto Municipal de la Vivienda para recuperar las pinturas de su fachada, y el proyecto municipal de la nueva plaza de las Nieves, con el torreón mudéjar de calle Granada como oficina turística, resto del plan de la Judería.

A pocos metros, tras pasar una vetusta sucesión de planchas metálicas, continúa paralizada la obra del hotel de cinco estrellas del palacio del Marqués de la Sonora.

Por otro lado, en la calle San Agustín, aguardan las obras del antiguo colegio, cedido al Estado por la Junta, para albergar la Biblioteca Provincial (en la actualidad en la avenida de Europa), aunque según Francisco López, delegado de Cultura de la Junta, administración que gestionará las instalaciones, el proyecto está "a punto de tener licencia provisional".

Los más críticos con la situación del entorno de Picasso son las personas que viven en él. Lola Acosta, responsable de la asociación de vecinos del Centro Antiguo, pide "una actuación integral" que obligue a los propietarios de las viviendas a frenar el deterioro de las casas.

A principios de mes, el Ayuntamiento anunció la recuperación de tres zonas del Centro, entre otras el conjunto de calles que rodea a Tomás de Cózar y Beatas, gracias a unos fondos europeos de 10 millones de euros.

Sin embargo, para María José Soria, presidenta de la Plataforma por la Dignificación de la calle Beatas y su Entorno, la ejecución de estas obras, básicamente la renovación del pavimento y el vallado de solares abandonados, "es tirar el dinero porque lo que hay que hacer es sanear, meter electricidad y además contactar con los propietarios".

La presidenta critica que, de hecho, solares vallados en la zona ya están volviendo a abrirse y a llenarse de basura, mientras continúan los estragos de la movida.

"Mucho me temo que van a terminar de arreglar el Museo Thyssen y nosotros seguiremos exactamente igual", destaca, mientras detalla el mal estado de las calles Pito y Aventurero, además del ´urinario público´ de la calle Beatas y la calle Tomás de Cózar, que, asegura, "como no le metan mano se va a caer entera". María José Soria cree que cuando abran la zona de la torre mudéjar, "no sé qué va a pasar porque va a tener un corte espantoso y se va a ver un sitio tercermundista". La calle Alcazabilla, por cierto, está también a la espera de las catas arqueológicas para convertirla en parque visitable.

Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 21/10/2008

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