martes, 16 de septiembre de 2008

Plantas invasoras del litoral


La Consejería de Medio Ambiente ha elaborado un catálogo con más de medio centenar de plantas que han ´colonizado´ terrenos en la costa malagueña.


El litoral, más allá de los millones de turistas que recibe todos los años por sus atractivos climáticos y de todo tipo, recibe también a otros extraños visitantes. Se trata de especies vegetales que colonizan los territorios de la provincia y desplazan y perjudican a las plantas autóctonas y endémicas de la zona. Las autoridades ambientales llevan tiempo luchando por mantenerlas a raya para evitar que alteren el ecosistema. La guerra a las especies invasoras está declarada.


Hace casi dos años, la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía inició un programa para erradicar estas especies invasoras, al amparo de un estudio de campo realizado por la propia Consejería. En él aparecía el inventario de especies extrañas y los lugares en los que se ubican.


Entre las especies exóticas perjudiciales destacan algunas que pueden chocar por lo familiares que pueden resultarnos. Se trata de plantas como la uña de gato, la pita americana, el trébol, el diente de león, la penca, o la robinia. Todo un abanico de especies que abarca más de 50 variedades invasoras en distintos lugares del litoral de la provincia.


El estudio realizado por la Consejería pone de relieve la peligrosidad de estas plantas en su rápida expansión y, por tanto, en su impacto negativo en los ecosistemas costeros autóctonos. De hecho, pueden llegar incluso a colonizar espacios que pondrían en peligro la supervivencia del Limonium Malacitanum, comúnmente conocido como la Siempreviva malagueña; el Pancratium Maritimum (el Nardo Marítimo) o la Linaria Pedunculata, todas ellas variedades autóctonas muy valiosas y protegidas de la provincia malagueña, según informó la Junta.


Manualmente. El trabajo para eliminar a los ´okupas´ es arduo, denodado. Es más, hay que retirar, una por una, de todas las plantas que deben ser erradicadas. La mejor forma de hacerlo es de manera manual para evitar que las especies autóctonas que puedan encontrarse próximas o debajo de su vuelo puedan sufrir daños.


Así, la retirada de dichas plantas suele ser de forma minuciosa y profunda para reducir de modo efectivo las posibilidades de rebrote de estas especies invasoras a partir de fragmentos o raíces que pudieran quedar en el terreno. Hasta ahora, los puntos que ya se encuentran limpios representan una superficie estimada de alrededor de 100.000 metros cuadrados.


El trabajo no termina con su eliminación, sino que es necesario llevar a cabo labores de seguimiento que son fundamentales para detectar posibles retoños o el depósito de nuevas semillas por la acción humana o por condiciones meteorológicas. Tras la eliminación de estas plantas exóticas se plantan especies autóctonas como la Siempreviva, cuya existencia peligra alarmantemente en el litoral malagueño.

La Opinión de Málaga, 03/09/2008


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