viernes, 25 de abril de 2008

Colinas del Limonar o el urbanismo salvaje












Desde 2005 El Observador ha estado haciendo un seguimiento fotográfico y periodístico de la que fue la última zona verde del Limonar malagueño. Les ofrecemos una galería de imágenes que muestran el brutal impacto causado por las obras de urbanización de la promoción Colinas del Limonar: lo que eran antes esos terrenos y en lo que se han convertido hoy en día.

Una historia de ladrillo y especulación con la que Unicaja dio un ‘pelotazo’ multimillonario de la mano de la constructora Noriega, unos hechos que evidenciaron la incapacidad en asuntos medioambientales de la Junta de Andalucía y un ejemplo de cómo el Ayuntamiento de Málaga ‘se pasó por el forro’ el Plan de Defensa de Málaga contra Inundaciones.



La que era la última zona verde del Limonar malagueño, la parcela situada entre calle Era y la Ronda, fue señalada en el Plan de Defensa de Málaga contra Inundaciones de 1996 como un terreno sensible que debía ser reforestado en aras de la seguridad pública para evitar los catastróficos efectos de las grandes avenidas de agua. Pero la especulación urbanística, con Unicaja a la cabeza, pudo más que los planteamientos de protección ambiental.


Porque la gran beneficiada con esta operación urbanística ha sido, hasta el momento, la caja de ahorros que dirige Braulio Medel. A través de Unema -una sociedad en la que era accionista mayoritaria Unicaja (40%) y en la que había colocado a algunos de sus hombres fuertes: Federico Terrón, Ángel Cuadrado, José Manuel Domínguez, Manuel Azuaga, Francisco Jiménez Machuca o Ángel Fernández Noriega- la entidad financiera compró en la década de los noventa estos terrenos y proyectó en ellos una gran urbanización. Años después, en 2005, vendió el paquete completo a la constructora cordobesa Noriega. Fuentes que participaron en la operación aseguran que se compró por 3.000 millones de pesetas y se vendió por 18.000 millones. Sin necesidad de poner un solo ladrillo se habían conseguido espectaculares plusvalías en plena efervescencia de la burbuja inmobiliaria.


En enero de 2007, Noriega comienza las obras de urbanización previas a la construcción de 1.172 viviendas de lujo en la promoción Colinas del Limonar, que incluyen el embovedado de los arroyos Toquero y Carnicero. El profesor de Hidrología de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, da la voz de alarma: “Es una barbaridad. Van a construir sobre una cuenca que es un auténtico embudo, se van a acortar los tiempos de concentración de las aguas, los caudales punta se van a disparar. Espero que se asuman responsabilidades. No creo que haya un técnico capaz de asegurar que eso salvaguarda a la población que vive aguas abajo”. Apenas unos meses antes, en otoño de 2006, 25 coches acabaron en el mar en una tromba de agua que había convertido, otra vez, el cauce del arroyo Toquero en una peligrosa trampa.


Acto seguido, otras voces críticas se unen a la de Ruiz Sinoga. El delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, afirma sin ambages que el embovedado es “espeluznante” y sale a la luz un informe desfavorable y vinculante que el propio Trillo remitió al director general de Cuenca Mediterránea Andaluza (CMA), Antonio Rodríguez Leal, en el que se asegura que las obras “suprimen definitivamente las funciones ecológicas que los arroyos desempeñan en relación con sus valores paisajísticos y de mantenimiento de la biodiversidad y del régimen de escorrentías sin que ello venga justificado en el proyecto (…) y suponen la supresión no justificada de la vegetación natural que presenta un estado de conservación aceptable y con potencial de regeneración”. El estudio de la Junta añade que la solución adoptada “no concuerda con los fines de sostenibilidad en la gestión de los recursos y de recuperación de ecosistemas hídricos, objetivos prioritarios según la directiva del Parlamento Europeo”.


Pese a que se contraviene la Normativa Marco Europea del Agua, el Ayuntamiento de Málaga había solicitado ayuda económica a Bruselas a través de los Fondos Feder para este mismo proyecto. Y pese a la oposición manifiesta de Medio Ambiente y Cuenca Mediterránea, las obras de urbanización siguieron adelante gracias a un permiso que en 2003 la Confederación Hidrográfica del Sur (antigua Cuenca Mediterránea) había concedido cuando era gobernada por el Partido Popular a través de José Antonio Villegas.


Ese mismo mes de enero el observador destapa que la solución propuesta por el alcalde Francisco de la Torre para solventar los problemas de tráfico que se generarán con la construcción de la urbanización Colinas del Limonar y que suponen acabar con el ficus centenario de Pintor Sorolla, destruir la casa de Jerónimo Cuervo (el arquitecto del Teatro Cervantes) y de paso también derribar un bloque de 12 viviendas. Todo cuesta abajo con la apertura de un nuevo vial de tráfico que transcurrirá sobre el arroyo del Café.


Al mismo tiempo, los grupos ecologistas y conservacionistas se lamentan porque con la urbanización definitiva del Limonar se impedirá la soñada conexión mediante corredores verdes entre los Montes de Málaga, el monte de la Victoria y el monte Gibralfaro. El delegado de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, apunta por su parte que con estas obras se ha elegido el peor sitio para prolongar la urbanización de la ciudad y que la actuación precederá el salto a la Ronda de las grandes promociones.


Sin embargo, nada ha impedido que las máquinas hayan continuado con los espectaculares movimientos de tierra que han convertido lo que antes era monte mediterráneo en una zona yerma y polvorienta y lo que antes era un arroyo que conectaba los Montes de Málaga con el monte Victoria en una enorme tubería de impredecibles consecuencias. Ecologistas en Acción, con una medida que intenta evitar lo que ya son unos hechos consumados, presenta en diciembre de 2007 una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Málaga para informar del impacto de las obras de embovedado del Arroyo Toquero, por si éstas pudiesen constituir un delito contra el Medio Ambiente y los Recursos Naturales tipificado en el Código Penal.


Con todo, las obras siguen. Además con un coste añadido de 400.000 euros, que la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga aporta para la vigilancia y el control de los trabajos. "El control se hace a pie de tajo y es diario, de tal manera que todos los días un supervisor de la empresa nos envía un informe sobre las incidencias de cada jornada", declara el concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, al diario La Opinión, y asegura que no se ha detectado ninguna incidencia "de especial relevancia".




El último episodio de esta destrucción del territorio sucede el pasado mes de marzo cuando, según informa el diario Málaga Hoy, los vecinos de la urbanización de Los Cedros, la más próxima a esta obra, presentan un escrito al área municipal de Medio Ambiente para denunciar la situación "insoportable” que están viviendo a causa de la polvareda que levantan las obras que está provocando un aumento de las crisis asmáticas entre los residentes y ensuciando a los edificios colindantes. ¿Solución? Urbanismo se compromete a regar de forma asidua los caminos que hay en el entorno de la obra para que se asiente el polvo. ¿Con qué agua?¿de qué forma?¿quién asume este gasto?¿quién realiza el riego? ¿con qué criterio y con qué supervisión? Eso todavía no se sabe.


Revista El Observador, 17/04/2008





3 comentarios:

  1. Indignante como se destroza los ríos, los montes, y la vegetación de nuestro entorno mas inmediato, sin ninguna de las medidas a las que se suscribió nuestro Ayuntamiento, cuando firmo la Agenda 21 y se comprometió hacer una ciudad mas sostenible.Esperemos que no nos venga encima lluvias torrenciales.

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  2. He releído el articulo varias veces,y no puedo llegar a comprender que esta barbarie de gran magnitud de transformar el territorio, no sea paralizado por nadie, ni por la Junta, no por Medio Ambiente y por el que mas tendría que preocuparse de la integridad física de sus habitantes, el ayuntamiento de Málaga y su área de Urbanismo. A mi todo esto me huelen super mal que a estas altura, ni siquiera se le haya dado respuesta a Ecologistas en Acción sobre las medidas tomadas despues de sus denuncias. Indignante!!

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  3. lo que abria que hacer es coger a estos individuos y sobre todo a braulio medel y meterlos en la carcel. asi literalmente en la carcel,

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