Se sabía con certeza que el acceso norte al coliseo malagueño, del siglo I, era por la antigua calle Alcazabilla pero no habían aparecido los testimonios arqueológicos que certificaran esta hipótesis. Pero las tareas de vigilancia y documentación de la zona en la que se está construyendo el Centro de Interpretación, que han sido dirigidas por el arqueólogo de la Junta de Andalucía, Manuel Corrales, y Luis Efrén como director-técnico, han descubierto las pruebas.
La intervención, que se ha efectuado en los seis puntos de apoyo sobre los que se levantará el edificio, ha localizado la forma de acceso al Teatro Romano por la zona norte. Se trata de la rampa por la que el público accedía desde Alcazabilla hasta el aditus norte, así como un tramo de escalones. "Hemos definido el recorrido del acceso norte. La rampa, realizada entre el siglo I y II, es un mortero de cal con cerámica itálica, mientras que uno de los suelos exteriores, que ha aparecido sin las plaquetas, son de argamasa muy recia, enriquecida con cal y arena", comenta Efrén.
El arqueólogo subrayó que el descubrimiento de una serie de escalones conectados a la entrada del escenario ha permitido conocer las dos superposiciones de suelo que existieron durante los siglos de uso del Teatro.
"La primera fue en época de Augusto. Las corrientes de agua desde la ladera obligaron a rellenar la zona, que se revistió con un suelo de argamasa recio, y se rectificó el acceso a la escena con dos umbrales de mármol", aclaró el arqueólogo.
Sin embargo, uno de los vestigios más sorprendentes ha sido la aparición de un gran muro que acaba en forma absidal y que pudo tener un uso público. La incógnita está abierta y ha aportado una visión nueva sobre los diversos usos del Teatro, debido a que se construyó en un momento intermedio entre la desaparición del coliseo romano como tal y la implantación de la factoría de salazones, de la que se han localizado restos de un sótano que sirvió como almacén para las fábricas de pescado.
El Teatro Romano está inmerso en un proceso de cambios. Los trabajos del Centro de Interpretación avanzan a buen ritmo y el plazo previsto de entrega de la obra es para septiembre.
El edificio, de unos 137 metros cuadrados de superficie, se dividirá en tres zonas diferenciadas: exposición, aseos y duchas y zona educativa y administrativa. El nuevo equipamiento cultural acercará al público a la historia y las características arquitectónicas del Teatro, así como su relación con la Málaga romana. Esta divulgación de la historia de nuestros antepasados se realizará a través de las nuevas tecnologías audiovisuales. En cuanto al diseño, el inmueble combinará las paredes de cristal serigrafiado con la Lex Flavia Malacitana, con la techumbre de madera.
La Opinión de Málaga, 18/03/08
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