martes, 2 de junio de 2009

El tráfico eleva la contaminación de Málaga un 23% en 5 años


La dispersión de la ciudad hacia las zonas periféricas hace necesario el uso del transporte privado para los desplazamientos diarios · La crisis podría poner freno a la contaminación en los próximos años.


Málaga no para de crecer y cada vez es una ciudad más dispersa en la que la movilidad resulta insostenible. Los barrios residenciales se están ubicando en la periferia y el uso del transporte privado se hace indispensable para desplazarse por la capital. La consecuencia más negativa es que las emisiones de gases de efecto invernadero también están aumentando al mismo ritmo, alrededor de un 23% desde 2002. Sólo en 2007 se emitieron más de 584 toneladas de dióxido de carbono CO2 únicamente debido al tráfico rodado, sin contar lo que contaminan los autobuses urbanos, los trenes de cercanías, los barcos y los aviones, que unidos superaron las 720 toneladas.

En tan sólo cinco años las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera han aumentado 138,7 toneladas en la capital malagueña o, lo que es lo mismo, alrededor de un 4,2% de media cada año.

Es la conclusión más contundente del estudio titulado Escenario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero en la Ciudad de Málaga que el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) ha realizado, en colaboración con varios profesores de la Universidad de Málaga, para tratar de poner freno al cambio climático.

Pero no será tarea fácil mientras se mantengan los actuales niveles de contaminación en la atmósfera. Eva Sánchez, asesora de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, aseguró ayer a este periódico que estos datos están relacionados con el modelo urbanístico que se ha seguido en estos años y que ha dispersado la ciudad hacia las zonas periféricas "donde a veces no llega el transporte público".

Ante esa situación, no es de extrañar que la mayoría de las personas que viven en estas zonas no tengan más remedio que recurrir a su vehículo para desplazarse por la ciudad. De hecho, el estudio concluye que el tráfico rodado de turismos, furgonetas y motos acapara casi el 81,5% de todas las emisiones de CO2 que se producen en Málaga.

En 2007 había matriculados en Málaga capital 243.211 turismos, casi un 50% más que en 1994. Si se incluyen todo tipo de vehículos, la cifra se eleva a 365.207 en total.

El profesor del departamento de Tecnología Electrónica de la UMA, Ignacio Molina, que ha participado en la elaboración del estudio, explicó que la clave estará en estudiar la tendencia de estos años y que "todo apunta a que será decreciente" debido, entre otras cosas, a la crisis económica, la saturación de las vías de comunicación, las mejoras en la eficiencia de los motores de combustión y la implantación de medidas para favorecer el transporte público.

Menor incidencia tienen sobre el efecto invernadero las emisiones derivadas de la actividad que se lleva a cabo en el puerto y el aeropuerto de la capital y que representan respectivamente un 8% del total.

Lo que más les ha llamado la atención a los expertos es el escaso impacto que tiene el tren de cercanías en la contaminación de la atmósfera, ya que en 2007 las emisiones no llegaron a las 3 toneladas de CO2.


Málaga Hoy, 30/04/2009


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