sábado, 24 de enero de 2009

El jardín abandonado de El Cónsul, último resto de un cortijo singular


La asociación de vecinos denuncia el mal estado del abandonado jardín del antiguo cortijo de El Cónsul, mientras el Ayuntamiento asegura que lo convertirá en parque forestal este año.


La hacienda que da nombre al barrio de El Cónsul tiene detrás una larga historia, comenzando por su nombre, que recuerda al cónsul de Inglaterra Nicolás de Olbar, que con muy buen ojo compró estas fértiles tierras en el primer tercio del XVIII, dedicándolas a plantar limoneros y árboles de todo tipo.


El gusto por los árboles de sombra generosa que tuvo el británico se trasmitió a los sucesivos propietarios del cortijo. Por eso, de esta hacienda, repartida hoy entre el campus universitario y el barrio de El Cónsul, todavía sobrevive un cerro con un ficus de gran porte, además de una pérgola de hierro cubierta por jazmines. Se trata de los jardines que rodeaban el cortijo, situado (hasta el desarrollo urbanístico) en un entorno privilegiado de paz y hermosas vistas y, en la actualidad, en el cruce de la avenida de Jenofonte con la calle Esquilo.


El portavoz de la asociación de vecinos del Cónsul, Juan López, recuerda que, en tiempos de Pedro Aparicio, la federación vecinal ´Unidad´ proyectó "una centro social en el antiguo cortijo", incluido el arreglo de la zona. "Aparicio tenía que haber dejado eso y hacer un centro social", cree.


Pero el cortijo pasó a mejor vida y con él comenzó el rápido declive de los jardines, que se convirtieron en una zona ´a evitar´ por los vecinos.


"Hay que tener mucho cuidado al pasear por allí porque hay jeringuillas por todos lados y esto es un forrajal", lamenta Juan López, que también destaca que los antiguos jardines del cortijo se usan en nuestros días de escombrera, como puede apreciarse en una de las fotos del reportaje.


También hay huellas evidentes de que, cuando no aprieta el frío, hay personas que pasan la noche en él y duermen en colchones.


"Llevamos mucho tiempo reclamando que eso sea un parque, hace tiempo que ya no mando escritos porque caen en saco roto. Para esto habría ya que movilizar a los vecinos", piensa Juan López.


En su opinión, el destino final de este jardín abandonado debe ser "un parque en condiciones, con su parque infantil y que pueda ser usado por los vecinos".


El jardín también cuenta con un pozo, vallado por el Ayuntamiento, utilizado para regar los jardines de la zona, que, según denuncia el portavoz vecinal, en las noches de verano es usado por "niñatos" para bañarse a la luz de la luna. Juan López cree que lo mejor es "taparlo" y eliminar el peligro. De paso, recalca que los jardines "son municipales" y es necesario que el Ayuntamiento "los adecente". En el PGOU, por cierto, el cerro aparece como zona verde. La concejala del Puerto de la Torre, Purificación Pineda, despeja la incertidumbre de los vecinos y explica que "las obras, que harán de la zona un parque forestal, están previstas para este año".


Pineda precisó que las obras las realizará Urbanismo, que en estos momentos está redactando el proyecto. Además, la edil indicó que cuando esté listo el proyecto, "nos sentaremos con los vecinos por si hay que mejorar algo". También comentó que hay un proyecto para cambiar el vallado de la alberca y que incluso se podría enterrar.


El futuro del jardín está en ´capilla´, a punto de convertirse en un parque digno de la historia de esta veterana finca ´consular´.

Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 23/01/2009


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