viernes, 21 de noviembre de 2008

Calle dos aceras: la pérdida de un emblema


Es una de las grandes calles del Centro Histórico, pero cada vez tiene menos de grande y menos de histórica. Dos Aceras y su entorno se encuentran en uno de los peores momentos de su historia con solares abandonados, edificios en ruina y obras que están paradas tras haber puesto los cimientos.


Pese a estar a unos metros de las rutas turísticas y contar con la presencia de la iglesia de San Felipe Neri, el entorno de la calle Dos Aceras ofrece un espectáculo dantesco. Esta calle acumula nueve solares y tres edificios tapiados y en semirruina en sus 48 números. Una cifra que no mejora al pasear por las cercanas Chinchilla, plaza de Montaño y Jinetes. Precisamente esta última es digna de un estudio. Entre los número 10 y 38 de la calle no hay ni un edificio, excepto el número 30, que se erige como único inmueble del erial que se ha convertido uno de los lados de esta vía.


Ese gran solar conecta con otro de la calle Dos Aceras, que ocupa los números 42, 44 y 46 y en el que apenas se han hecho unas obras previas para aguantar las medianeras y poco más. Una valla separa este solar de la calle y un cartel de obra que anuncia, de forma optimista, que las obras iban a terminar en mayo de 2008, dejando un edificio de cuatro plantas, con 28 viviendas y aparcamientos.


Siguiendo hacia abajo por Dos Aceras, a la derecha se encuentra el número 33, un edificio que está prácticamente cerrado y sin actividad. El vecino número 31 está en plena obra de rehabilitación, una verdadera excepción. Enfrente se cumple la regla: otros cimientos que aparecen abandonados desde hace tres semanas, con basura y agua acumulada en los huecos. Hacen esquina con la calle Jinetes y la plaza Montaño, dejando un importante hueco.


El siguiente solar que se encuentra el paseante por la calle Dos Aceras es el formado por los números 23, 25 y 27, que ocupa un aparcamiento circunstancial, y el edificio en ruinas situado en el número 29, incendiado recientemente. Todos estos números forman una misma unidad de 2.000 metros cuadrados que el Ayuntamiento de Málaga destinará para construir un edificio de uso municipal para alojar diversas dependencias, como la Agencia Municipal de la Energía, servicios de Bienestar Social, Participación y la nueva Oficina del Cambio Climático.


Inseguridad. Un aspecto preocupante del abandono urbanístico de esta calle es la inseguridad que se genera en su entorno. Miguel Azuaga, propietario del bar Miguel desde hace 25 años, lo explica de forma gráfica: "Me he tenido que comprar un garrote porque da miedo. Abro a las seis de la mañana, cuando los drogadictos vienen en oleadas a pincharse al solar de enfrente". Se refiere al que ocupaba el número 15 de Dos Aceras y que está conectado con el solar del número 11. En medio ha quedado un edificio tapiado y en ruina, pero con la pared abierta en su parte trasera. Es el lugar elegido para el consumo de droga.


No hay que irse muy lejos para pasear por la calle que apenas existe. Es la calle Chinchilla. Allí apenas se aprecia la traza de la vía. Bajando desde la calle Alta, la parte derecha es un descampado de basura y yerbas, y a la izquierda hay un solar que da paso a la trasera de edificios en mal estado.


La Opinión de Málaga, 28/10/2008


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