Comienzan a construir la nueva sede de Madre Coraje, destinada a reutilizar el líquido para producir biodiésel y venderlo a otro países.
Hace tiempo que la sede de Madre Coraje, en el Cónsul, se quedó pequeña. Y es que la crisis sigue haciendo mella en muchas familias y colectivos que viven del reciclaje. Por ello la asociación afincada en Teatinos apuesta por ampliar horizontes, y esta semana han comenzado las obras de su nueva nave en Carretera de Cádiz, en el polígono Los Chopos (junto a La Azucarera). El principal atractivo del equipamiento será la planta de decantación de aceites usados, que supone un coste de 145.000 euros, financiados por la Empresa Malagueña de Aguas (EMASA), aunque la ONG se hará cargo de ese coste y las futuras instalaciones contiguas cuando sea autosuficiente.
No obstante, el compromiso es mantener la ayuda a los países de actuación -ahora Perú y más adelante Burkina Faso-. Así lo afirmó el gerente de la asociación, Fernando Almaraz, tras destacar el trabajo realizado en Perú, donde ayudan a casi 150.000 niños y 190.000 campesinos. «Aún no sabemos la producción de aceite usado que tendrá la planta, pero supone un paso adelante importantísmo», comentó.
Desde hace quince años Madre Coraje utiliza el aceite frito que reciclan los vecinos para transformarlo en jabón y como ayuda humanitaria y, además, lo venden a la industria para su posterior transformación en biodiesel, de tal manera que los recursos financieros obtenidos sirven para costear el envío de la ayuda humanitaria y otros proyectos de desarrrollo en países desfavorecidos. Más de un centenar de voluntarios se esfuerzan en la labor.
«Una planta pionera»
En enero, cuando se estima que las obras de la planta decantadora esté concluidas el proceso podrá hacerse íntegramente en Málaga. «La ciudad será pionera en esta labor que evitar que el aceite usado sea vertido por los desagües del saneamiento público, creando las natas de las playas», señaló Almaraz.
La asociación también recicla ropa, medicamentos, ordenadores, electrodomésticos y juguetes, de ahí que haya necesitado más espacio de almacenaje que el disponible en el Cónsul.
El resto del proyecto en Carretera de Cádiz tendrá que esperar nuevas ayudas municipales o los resultados de la planta decantadora. «Es una sede ambiciosa de 1.600 metros distribuidos en dos plantas donde se instalarán todos los talleres de reciclaje de la ONG. La colaboración ciudadana será vital en el buen funcionamiento de la planta», recalcó Almaraz.
Madre Coraje tiene previsto instalar más contenedores naranjas para que los malagueños depositen sus botellas de aceites gastados en la cocina y comenzar el ciclo. «Es importante aportar el aceite ya y que la población se sensibilice», subrayaron desde el colectivo.
Diario Sur, 26/10/2011
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