martes, 9 de junio de 2009

La protección del Centro Histórico por encima de la norma, el secreto del éxito


El edificio ‘descubierto’ el verano pasado desde Tomás de Cózar y que será recuperado evidencia una sensibilidad patrimonial poco común.


En julio del año pasado, esta sección se hizo eco de que, a causa de los derribos de la desgraciada calle Tomás de Cózar, se había abierto un ‘solar-plazoleta’ desde el que asomaba una preciosa torre. La estructura, de ladrillo visto, recordaba a la torre (desprendida de su casona) que ha quedado en la calle Granada.


Por este diario supimos ayer que lo que asoma por Tomás de Cózar es un edificio del siglo XVIII que se encuentra en la pequeña calle dedicada a Medina Conde, junto a la plaza de la Merced.


Para asombro de propios y extraños, un grupo inmobiliario catalán lo va a rescatar, recuperándolo más de lo que las normas urbanísticas malagueñas lo permiten.


Esta práctica sigue siendo ‘marciana’ en Málaga, una verdadera excepción y, de hecho, en esta ciudad que tan regular se lleva con su patrimonio, más de un responsable político la calificaría de ‘lunática’ (y así nos va).


No hace mucho recordamos en esta sección la ‘proeza’ de un promotor granadino que había recuperado tres viviendas del Centro Histórico con ‘protección cero’ que son una verdadera maravilla. Cuesta creer que los técnicos determinaran que este trío de casas podía echarse abajo.


En realidad, estas iniciativas siguen demostrando que muchas grandes ideas nos llegan a Málaga ‘de fuera’. De hecho, esta ciudad ‘sale de las sombras’ en el paso del XVIII al XIX gracias a logroñeses, ingleses, americanos y alemanes, entre otros notables gentilicios, que se hacen con el comercio en una ciudad con una escuálida burguesía y grandes bolsas de pobreza.


Si somos lo que somos, es gracias a este río de personas de fuera que nos enriquecen por lo que nos aportan (y les aportamos). La ‘riada sigue’.


Si empresarios catalanes y granadinos nos dan ejemplo de cómo mejorar el patrimonio en esta ciudad que tanto ha ‘pasado’ de las ‘casas viejas’, estamos ante una magnífica noticia. Aplaudamos estas iniciativas, no por el mero ‘gentilicio’ sino por el aire fresco e innovador que nos traen.


Muralla proteica

Cuando alguien admira la torre y barbacana de la puerta de Buenaventura que conserva la librería Proteo, se percatará de que al pie del vestigio hay una montaña de calderilla.


Todo comenzó con un cliente de Zaragoza, quien conocedor de las ‘tradiciones inducidas’, explicó que en su ciudad había una ‘instalación’ parecida, en la que los visitantes echaban monedas. Así que, ni corto ni perezoso, vertió en el suelo de la muralla un montón de calderilla con esta profecía, que más o menos venía a decir: “Vas a ver cómo dentro de un año hay una montaña de monedas que la gente las tira tras pedir un deseo”.


El ‘profeta zaragozano’ acertó, porque lo de las monedas en Proteo se ha convertido, incluso en la actual época de crisis, en un ‘ritual bibliófilo’ de lo más seguido por clientes malagueños y foráneos. Eso sí, las monedas suelen ser de céntimos de euro.


Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga, 25/04/2009


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