miércoles, 31 de diciembre de 2008

Residuos que dan luz


En Villanueva de Algaidas hay una planta de biomasa a través de la cual se produce energía con la quema de orujillo, ramas u hojas de olivos . La central emplea a 18 personas de municipios cercanos.


Es la gran desconocida de las energías renovables. Es posible que usted haya oído hablar alguna vez de las plantas de biomasa pero ¿sabe realmente qué se hace en ellas? ¿Cómo se genera la electricidad a partir de residuos agrícolas? Este tipo de plantas son relativamente nuevas hasta el punto de que en la provincia sólo hay dos operativas en estos momentos.

El proceso es bastante complejo y precisa de fuertes inversiones. En la central de Sacyr, situada en Villanueva de Algaidas y perteneciente a dos empresas -Olextra y Extragol- hay dos partes, divididas incluso por sociedades. En una primera, Olextra, se lleva gas a una turbina por medio de un gasoducto y, a través de un alternador, se produce electricidad con una potencia de 13,6 megavatios. Esta zona no es una central de biomasa como tal, pero sí juega una parte importante del proceso. En esa turbina se desprenden gases a 500 grados centígrados que se aprovechan, por una parte, para producir vapor que, a su vez, genera electricidad con una potencia de cuatro megavatios; y, en segundo lugar, permiten secar el alpechín (los residuos de la aceituna como la pulpa y el hueso) que, en este caso, pertenece a otra empresa, la cooperativa Oleoverde.

El alpechín, una vez secado, se queda con una humedad de un 15%, parecido al café molido. No obstante, aún en ese momento le pueden quedar ligeros restos de aceite por lo que se vuelve a licuar. Tras ese resecado es cuando se obtiene el orujillo y a partir de aquí el resto de los pasos los realiza la empresa Extragol. Este residuo se quema y, a través de otra caldera, se vuelve a generar vapor de agua, que pasa a una turbina y de ahí a un alternador en el que se generan nueve megavatios de electricidad. No obstante, el orujillo no es el único combustible que emplea la compañía, sino que también se utilizan restos de troncos de olivos, pinos y chopos, así como sus hojas. Estos restos también se queman y dan más potencia a la caldera.

El orujillo y los restos de poda se mezclan, aunque hay que hacerlo en la proporción correcta ya que tienen poderes caloríficos distintos. Si hubiera más orujillo que troncos se correría el peligro de un sobrecalentamiento y, si fuera al revés, es posible que no se alcanzara la temperatura deseada en la caldera.

Los restos de alpechín son muy contaminantes pero, al ser transformados en energía, la cooperativa Oleoverde evita ese problema. Por su parte, Extragol utiliza el alpechín de la cooperativa como combustible, por lo que ambas partes salen beneficiadas.

Con los troncos y las hojas pasa algo semejante. Alfonso Molina, jefe de operación de la planta, afirma que "nos lo traen empresas especializadas o los propios agricultores. Hasta hace un par de años los agricultores nos lo regalaban pero ahora han visto que puede ser un negocio y nos lo venden". El precio habitual de la tonelada de poda oscila entre los 28 y los 32 euros, dependiendo del grado de humedad de los troncos. Cuanto más húmedo esté, más barata se paga la tonelada porque requiere un mayor esfuerzo de la planta para utilizarlo como combustible.

Molina señala que cada día se meten en la caldera unos 200.000 kilogramos de residuos agrícolas, "creándose una superolla exprés a 800 ó 1.000 grados centígrados". Tras la quema se producen restos de ceniza pero, según Molina, "lo aprovechamos todo". Esa ceniza, que se disuelve con mayor o menor grosor, es vendida para complemento de los abonos tanto en Málaga como en otras ciudades de España.

Como podrán imaginar, para llenar la caldera a esta escala es necesaria una ingente cantidad de agua. El jefe de operación afirma que la planta utiliza 45 metros cúbicos de agua diarios que son extraídos de un pozo cuya concesión ha sido adjudicada a la empresa por la Confederación Hidrográfica. Esa agua no se puede meter en la caldera directamente ya que la cal la destrozaría en apenas cinco o seis años y el tiempo de vida útil de la caldera es de unos 30 años. Para evitarlo, la compañía tiene una planta de tratamiento de agua en la que se filtran y desmineralizan unos 3.000 litros por hora, saliendo un agua destilada similar a la que cualquier ciudadano puede utilizar en su casa.

La electricidad generada se vierte a una subestación que Sevillana Endesa tiene en la central y, desde ahí, pasa a la red eléctrica y a los hogares. Con biomasa se producen 9 megavatios, que darían luz a unas 9.000 personas. En conjunto, la planta, uniéndole la parte de gas, genera 25 megavatios que abastecen a una población de 25.000 personas. Endesa paga a la empresa el kilovatio de forma distinta en función de si se ha generado por gas o por biomasa.

La biomasa es un proceso complejo y no tan visible como la energía solar o los parques eólicos, donde la generación de electricidad y su aplicación práctica es casi obvia. No obstante, la intención de las administraciones es potenciar las energías renovables y, dentro de ellas, la biomasa tiene que adquirir su protagonismo.


Málaga Hoy, 08/12/2008


No hay comentarios:

Publicar un comentario