El edificio, que gozaba de la máxima protección arquitectónica ha sido desvirtuado por el arquitecto de la nueva sede de la Diputación Provincial de Málaga, con la connivencia de todas las autoridades.
La nueva sede del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, organismo dependiente de la Diputación, está en plena calle Granada, en la plaza del siglo nº 2. Este lunes 5 de mayo está prevista su inauguración en una fiesta en la que se celebrarán los 30 años de vida de esta institución con una fiesta en la que probablemente se estrene el bar que de manera irregular se ha levantado en la azotea del inmueble y que está destinado a este tipo de celebraciones, saraos, cócteles, reuniones íntimas de empresarios y políticos. Tiene unas vistas inmejorables de la ciudad.
El Patronato de Turismo desembolsó más de dos millones de euros hace seis años por el inmueble y se ha gastado otros tres millones en las obras que ha dirigido el arquitecto Luis Machuca, el mismo que hizo la nueva sede de Diputación. La empresa a la que se le adjudicó el proyecto es el Grupo Vera.
Del antiguo edificio, que gozaba del máximo grado de protección arquitectónica, no queda nada, el interior se echó abajo y la fachada ha sido remodelada con láminas de mármol y ventanas de colores.
El 28 de julio de 2003 se le concede licencia de obras al Patronato para la “rehabilitación”. Tras las primeras protestas vecinales y como se llevan a cabo “actuaciones no contempladas en un edificio con protección arquitectónica 1”, se abre expediente de infracciones (586/06) en la Gerencia de Urbanismo de Málaga. Y se paralizan las obras, pero como ya se ha visto, se quebranta la paralización de obras.
El este punto interviene la Junta de Andalucía a través del Servio de Protección de Bienes Culturales que emite un informe desfavorable de las actuaciones aunque indica que no es el gobierno andaluz sino la corporación municipal la que debe actuar en estos casos. No obstante, entre las misiones que la Consejería de Cultura se arroga está (punto 2.6 de su Carta de Servicios) “garantizar la conservación del patrimonio histórico mediante las actividades de inspección y sanción”.
El resultado está a la vista. La conclusión es que en esta ciudad existe una alergia generalizada a conservar los edificios históricos. La advertencia es que lo que pretende ser moderno envejece pronto y en unos años desentona. La pregunta es si el ayuntamiento y la Junta hubieran permitido a un particular montarse un chambao en el ático como el que se ha marcado la Diputación en su azotea.
Revista el Observador, 02/05/2008
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