lunes, 3 de marzo de 2008

Yo soy de los que llorarían


Chantal Maillard, doctora en Filosofía y Premio Nacional de Poesía, reflexiona en este artículo sobre la reforma de los Baños del Carmen. La autora cree que puede suponer su destrucción.

Me gustaría poder felicitarnos. Me gustaría poder pensar que en Málaga somos de verdad "ciudadanos", es decir, personas que no sólo se sienten pertenecer a una ciudad, sino que también entienden que esa ciudad les pertenece al modo en que nos pertenecen los seres y las cosas que amamos, sintiéndonos responsables de ellos. Pero algo nos ha quedado, sin duda, en el Sur, del viejo servilismo, del espíritu sumiso y resignado de quienes entendían que ellos nada tenían que ver con quienes les sometían y gobernaban. El cacique, ahora, es el político, o así queremos que sea porque es más cómodo. Delegamos nuestra responsabilidad con el voto o el silencio. El mundo lo hacen otros, y a la pregunta por aquello que queremos habitar no respondemos, no somos responsables. Culpamos al "Sistema", eso sí, una de esas grandes palabras bajo las que escondemos la desidia.

Pero resulta que el político, el polités: el ciudadano somos nosotros, y quienes nos gobiernan lo harían con más cuidado, con más tiento y esmero si se lo recordásemos alguna vez. Y ahora es buen momento, porque el proyecto de "reforma" de los Baños del Carmen está a nuestra disposición, en su período informativo, en la Demarcación de Costas (Pº de la Farola, 12). Es este el período en el que podemos hacer alegaciones, o sea, que podemos manifestarnos, que podemos aportar nuestras sugerencias, y también el período en el que podemos hacer alegaciones aportando sugerencias.

[...]

Y también soy de aquellos que al mirar la extensión de rocas pequeñas entre las que el mar juega y que es el refugio de cangrejos y otros animales secretos recuerdan cómo eran, hace mucho tiempo, las playas de nuestras costas, cuando aún las grandes estrellas de mar venían a morir en sus orillas. No quiero creer que queramos y consintamos que el único trocito de playa genuino que nos queda se convierta en otra piscina más, de esas a las que generosamente llamamos "calitas".


La solución proyectada pretende "recuperar un espacio que forma parte de la memoria colectiva". ¿Qué se entiende por "recuperar"? "Rescatar", "redimir", "reconquistar", "salvar", "liberar" son los sinónimos prescritos por el diccionario. No eran otros los empleados por colonizadores y conquistadores para legitimar sus salvajismos. ¿En nombre de qué han de redimirse los Baños del Carmen? ¿De qué -¡o de quiénes!- se supone hay que salvarlos? El "espacio público" que nos presentan es un parque con palmeras (¡más palmeras!), con kioscos y accesos pavimentados para el acceso de vehículos de abastecimiento, abierto de par en par, a la vista, esa visibilidad que fue uno de los grandes principios de los arquitectos que diseñaron las ciudades fascistas: todo abierto, sin trabas, sin obstáculos, para que el enemigo (el enemigo siempre somos nosotros) no pudiese ocultarse. Ordenar, higienizar: suprimir (¿cuántos eucaliptos serán "desarraigados" para hacerle sitio al jardín mediterráneo?) para controlar era la norma, a la que se suma ahora, acorde con la economía de mercado, la de diseñar conforme a los fines prácticos. El valor de lo recóndito, de lo natural, que tan bien se conocía antiguamente en Japón, el valor de lo que no es económicamente rentable pero que nos acoge no es apreciable en nuestra sociedad. Tampoco lo que envejece. Todo lo viejo ha de reemplazarse, aunque siga cumpliendo su función. Tal es el miedo que le tenemos a los síntomas de la desaparición, cualquiera que éstos sean. Los ancianos, confinados; todo lo viejo, lo agrietado, lo que naturalmente se inclina o pierde su tranquilizadora simetría, renovado.

[...]
Y cuando todos los lugares se parezcan, cuando todo nuestro entorno sea el resultado de la clonación de una postal exótica, ¿qué tendrá Málaga de especial? ¿Qué cantarán sus poetas?


Pero han de perdonarme: estoy hablando por todos, dando por hecho que a todos los malagueños les importa que los Baños del Carmen sigan conservando su espíritu. Es cierto, puede que muchos prefieran tener un chiringuito más, y si tiene columnas, por Dios que no estén rotas, y que esté todo limpio, solado y sin tierra, para que el niño no se ensucie. Ah, y que no se olviden del letrero que nos oriente o nos advierta que ésta es una "Playa natural"? Pero sabéis al igual que yo que no sólo las personas hacen los lugares, que también los lugares hacen a las personas, y que si ofrecemos lugares especiales, lugares de verdad, no parques temáticos, ni espacios de diseño refractarios donde nunca habitará el espíritu del mundo, ofreceremos también la posibilidad de que entre todos seamos personas de verdad y no un público anónimo afecto a escenarios de postal veraniega y al consumo de todo cuanto, porque deja insatisfecho, responde a la estrategia del Mercado.

La Opinión de Málaga, 03/03/08

3 comentarios:

  1. Tiene mucho valor historico-artistico los baños el carmen. MI propia abuela me hablaba de cuando se bañaba ahi, pero:
    ¿ no es cierto que parece una escombrera y un vertedero?
    la situacion necsita a gritos algo. pues es realmente un nido de ratas, lleno de basuras y escombros.
    Por otra parte, donde estan los activistas que lo defienden? despues de tanto tiempo reunindose y debatiendo, a ninguno se le a ocurrido la idea de ir limpiando poco a poco para que la ciudadana vea que tieneinicativa?
    es trsite, pero no ha demostrado ese movimiento ni un apice de inicativa, mas bien lo contrario estaticismo cannabico.
    Seamos realistas, muy bonito, muy romantico, el proyecto del ayuntamiento es una mierda, pero es que señores, ¿ acaso no precisa de una uregente limpieza integral?

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  2. En primer lugar felicitar al Sr. Moreno Maldonado y a la Sra. Chantal Maillard, por intentar despertar la sensibilidad de los ciudadanos ante la barbarie que se pretende en los Baños del Carmen, de todo corazón gracias, por esa senbilidad de saber mirar un poco mas allá del abandono y las basuras.
    En cuanto al Sr. Ramon que las personas que están defendiendo ese lugar de la barbarie que se pretende, son de toda indole, fumadores de cannabis( con mas sensibilidad y respeto al Medio Ambiente que los que van de puritanos)y no fumadores, bebedores y no bebedores, etc, etc, para su información se ha limpiado no una, sino muchas veces por parte de estos ciudadanos la zona del Bosque de eucaliptos,(lógico que usted no lo sepa, porque nunca le hemos visto por allí ha echar una mano), se ha programado actividades para los vecinos,y los niños y siempre que hemos pasado por allí, hemos utilizado las papeleras, y si compara usted la limpieza del bosque con los alrededores del restaurante, vera que a pesar del viento de estos días hay una gran diferencia entre ambos.
    Por otro lado, lo que pretendemos desde la PLataforma Ciudadana, es que el Balneario se "restaure",(Restaurar:Volver a poner una cosa en el estado o circunstancia en que se encontraba antes conservándolo) no que se convierta en una plaza adoquinada y cementada.
    Es muy triste, comprobar a que pocos malagueños les importa que los Baños de Carmen como se recuerda. Desaparezcan tras el hormigón, la arena de cantera, el talado de sus arboles y expuesto a la contaminación acústica de C/Bolivia al desaparecer su muro.
    Que no haya Estudio de Impacto Medio Ambiental sobre el parque y no se respeten la vida de la flora, fauna terrestre y marítima, por pequeña o escasa que esta sea.

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  3. Acabo de aterrizar en Málaga y he conocido los Baños del Carmen, una maravilla de lugar, es como adentrarse en el silencio, la calma del mar y las vistas impresionantes a la bahía de Málaga.
    Sinceramente, no entiendo a los malagueños, me dicen que este lugar va a desaparecer detrás de un proyecto poco respetuoso con ese entorno.
    No entiendo que una ciudad turística como Málaga, no se les haya ocurrido que preservar este lugar, es una joya para enseñar a los miles de turistas que buscan algo mas que museos, y calles engalanadas con maceteros.
    Algo de los que los malagueños deberían sentirse orgullosos de enseñar,por haberlo sabido preservar, como un respeto al medio ambiente y ejemplo de turismo ecológico. Espero haya tiempo de reflexionar. Saludos.

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