sábado, 26 de enero de 2013

In humanos

La Rotonda. Ignacio Lillo. 
Diario Sur 26/01/213

La historia es real, lo que la hace más dolorosa si cabe. Ojalá pudiera reconocer que me la he inventado. Pero no. Si usted, lector, no tiene intención de pasar un mal rato, hoy que es sábado y ve el plácido fin de semana de la ciclogénesis explosiva por delante, le recomiendo que pase la página; sobre todo si siente algo de respeto por los animales. Siempre puede leer la bonita carta al director que acompaña a este artículo. También puede irse directo al final, que es toda una lección de esperanza en el Ser Humano. ¿Está seguro? Pues vamos allá.

La historia ocurrió el viernes en la estación de trenes de un pueblo del interior que no es necesario citar, porque sería someter injustamente a todos sus habitantes al escarnio público. Un bodeguero pequeñito, de mediana edad, ha sido atropellado. Sangra abundantemente por una herida en la pata. El accidente ha ocurrido a primera hora de la mañana. El pobre animal apenas puede moverse; tiembla de sufrimiento y llora amargamente su desdicha, con ese llanto insoportable para cualquiera que tenga un mínimo de corazón en el pecho.

Está acurrucado junto a un banco visiblemente roto. Algunas personas pasan, lo ven y miran para otro lado. Nadie le quiere ayudar. Lo peor es que su dueño, que es la persona -por decir algo- en quien él más confía, lo ha visto en ese estado y se ha marchado, sin más. Le da igual. Es solo un perro, uno más, y hay muchos, por ahí, vagando abandonados, hambrientos. Este ya no sirve, es cuestión de coger otro, como un cacharro que se avería.

Pasa un tren de Cercanías. A bordo viaja una profesora de un instituto que se distrae mirando por la ventana. Cuando se da cuenta de la escena avisa a la Sociedad Protectora de Animales, que moviliza a su equipo para ir a rescatarlo. El bodeguero llega al Refugio de Málaga poco después, donde el veterinario ya está preparado para intervenir. Ha sido necesario amputarle la pata, pero está vivo. Si tiene chip, el propietario será denunciado en los juzgados por abandono. Mientras, la docente, que ha estado en contacto durante todo el día con los voluntarios, se ha ofrecido a pagar los gastos de la operación. Después de todo, algunos seres pueden llamarse, todavía, humanos...

2 comentarios:

  1. En que nos estamos convirtiendo?Seres individualistas que sôlo miran por lo suyo y los suyos o ni siquiera eso, como se pûede aprender a ser un humano completo, ser solidario y tener empatîa son sentimientos que no deberîan faltar a cualquiera que se haga llamar humano, pero no se que plaga de maldad y egoîsmo inunda a la sociedad hoy dîa, que pena ver en que direccion va el mundo, menos mal que existen personas con corazôn como esta chica y que decir de los voluntarios de la protectora, no tengo palabras, simplemente son lo mejor.

    "Cuanto más indefensa es una criatura
    más derecho tiene a ser protegida por el hombre"
    Mahatma Gandhi

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  2. Quiero enviarle a esa profesora maravillosa y ejemplo de Ser Humano todo mi reconocimiento. La historia ha comenzado de manera terrible, se encoge el alma al pensar en ese pobre animalito, pero afortunadamente a terminado felizmente, gracias a todos los que intervinieron en su rescate...un abrazo

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